6 abr 2010

¡Sí, se puede!



Al principio, cuando todo el mundo te advierte, te pone sobre aviso, tú, con tu mejor cara y tu más férreo pensamiento decís: "pasé tan campante la operación, con esto que se me viene, seguro voy a poder”...y te proponés llevarte el mundo por delante.
Te dicen, te cuentan, pero tu seguís pensando: “seguro que yo no voy a …”, “a mi no me va a pasar eso”, “yo voy a poder…”
Y vas a la primera quimio (sabiendo de antemano que son ocho) y la pasás, y volvés a tu casa bien inflada, todo bien, (en mi caso hasta cometí el error de creer merecerme un helado triple, por lo bien que había ido todo, y me lo zampé íntegro), hasta que sin tener control alguno sobre tu cuerpo, vomitás tu soberbia, tu orgullo y tu estupidez, una y otra vez y pensás entonces (como una vez pensaste todo a color, ahora todo se piensa en negro) que no vas a poder, que no llegás, que te gana.


Ahí llegan las voces, claras, nítidas, son mujeres que pasaron por lo mismo, a algunas no les has visto el rostro siquiera, pero están ahí, todas ellas, con su palabra, con su apoyo incondicional, diciéndote que SI, SE PUEDE.
Te lo repiten, se acuerdan de tus fechas y te desean suerte, te esperan a que en cuatro o cinco días aparezcas, ya seas tú de nuevo -no la de siempre pero tú de nuevo- y te preguntan como estás.
Te dan aliento porque cuentan y es una menos, falta poco, incluso te dicen que vas ganando cuando te sentís la última del pelotón, ya sin aliento.
Luego de la primera, ya no vas con la mismas ganas; pasa como con los partos, al primero vas tan inconciente, pero al segundo ya vas sabiendo qué te espera, y al igual que con el parto, te cuentan las que ya pasaron que es algo maravilloso pero sabés que pasarlo es bravo, acá sabés que vas para tu bien, para mejorarte, para prevenir, para curarte, pero es jodido ir.
Y cuando te querés acordar pasaste la mitad, y seguís ahí, al firme, yendo (que ya es mucho), peleando mano a mano, con uñas y dientes.
Y ahora que ya pasé la penúltima y solo me queda una, ya me siento del otro lado, porque aunque cueste creer, todo va en la actitud y en lo que tu pongas de ti.

Entonces también me cruzo a la vereda de enfrente y te digo : “SI SE PUEDE”, y tengo la necesidad de decirlo, a quien esté empezando, te conozca o no, a las demás mujeres, y sobre todo repetírmelo a mi misma, saber que pude.
Lo digo, no por que alguien me lo dijo, si no por que yo lo pasé, soy testigo, tengo FE en que SÍ, SE PUEDE y quiero transmitirte esa fe, porque creo que tu también vas a poder.
Y debería agradecer en un discurso al mejor estilo entrega del Premio Oscar a quienes estuvieron a mi lado y me apoyaron (fundamental, aunque también se puede sola, como todo en la vida, tanto mejor si es acompañado), pero permítanme el momento: yo pude, es mi cuerpo, yo pasé por eso, llegué al final, fui yo, Catalina.


1 comentario:

Rosa dijo...

¡Sí, se puede! claro que se puede. Vós pudiste, Cata, y seguís adelante y lo contás.
Felicidades, y todo mi cariño para ese grupo de mujeres fuertes.