16 abr 2016

La visita inesperada



Hoy es Ivonne quien comparte su historia. Es de ayuda para muchos leer lo que cada una hemos vivido o estamos viviendo. Anímense a hacernos llegar la suya!


El año pasado, en un día frío de junio, recibí la noticia de su visita.
Me pareció raro, nunca había visitado a mi familia, siempre visitaba a
alguien conocido, a alguna amiga, alguna vecina…
Pero él, silenciosa y sigilosamente, había entrado en mi vida y en mi cuerpo. Sin que yo me diera cuenta ya estaba instalado.
Cuando pensé que todo había terminado y mi vida  iba por un solo carril y
sin mucho sentido, apareció  nuevamente él, para poner mi mundo patas para arriba.
Al principio me enojé mucho! ¿Quién era él para aparecerse así, sin permiso, para enfrentarme de vuelta a la lucha? ¿Acaso ya no había tenido bastante?
¿Cómo hacia ahora para volver a pelear?
Como dice no sé quién: “Cuando pensé que sabia todas las respuestas, me cambiaron todas las preguntas”.
Pensé que era el principio del fin…y así fue, pero al revés, fue el fin de una etapa de mi vida, y el principio de otra, donde solo de mí y de mi actitud hacia él dependía el resultado.
Tuve que aceptarlo y aprender a convivir con él. Esta vez, había golpeado mi puerta.
Me enojé y tuve que pelear, no sé si mucho o poco, lo único que sé es que, como me dijo mi hermano: él no sabía con quien se había metido. No me iba a vencer tan fácilmente!
Tuvimos varias batallas duras y penosas, pero en cada una yo me daba cuenta que él se hacía más débil y yo más fuerte. En cada una de ellas fui viendo lo que tenía alrededor y yo no veía, amor y más amor, apoyo incondicional, afectos, energía positiva,  todo lo que hizo que él retrocediera y yo avanzara.
Hoy me doy cuenta que no vino a lastimarme, sino a sanarme heridas viejas, a enseñarme que yo, y solo yo, soy la protagonista de mi propia vida. Que no siempre se puede dejar contento a todo el mundo. Que lo que piense la otra persona de mí es un problema del otro y no mío… Que con la única persona que me tengo que llevar bien es conmigo misma, ya que es  la única persona que me va  acompañar hasta el final.
Un día… como llegó, se fue. ¿Para siempre?, no lo sé. Ojalá que si!
Si no es así, la próxima vez ya lo veré como un viejo conocido y sabré cómo enfrentarlo.

Amigo Cáncer, gracias por todo lo que me enseñaste en este tiempo.
Sin dudas era la lección que me faltaba aprender en mi vida.

Gracias, Ivonne.

EN HONOR A TODAS LAS VALIENTES GUERRERAS QUE LO ENFRENTAN DÍA A DÍA
EN MEMORIA Y CON RESPETO POR AQUELLAS QUE PERDIERON LA BATALLA