Llegué
a Mazatlán, esta lejana ciudad al oeste de México llamada La Perla del
Pacífico, ansiosa por conocer sus playas, en busca de calor, escapando del frío
Montevideo.
El primer
día me dispuse a ponerme el traje de baño para zambullirme en las cálidas aguas transparentes.
Preocupada
porque no se me notara la “asimetría” de la que tantas veces estoy pendiente,
me coloqué una pequeña prótesis complementaria (“Lolita”) en el soutien, la acomodé y me adentré en el mar.
El
generoso océano Pacífico me dio la bienvenida saludándome con una gran ola que
me revolcó hasta la orilla. Con disimulo, intenté recobrar el equilibrio y al incorporarme noté que Lolita ya no estaba, la ola se la había llevado… Nerviosa
comencé a buscarla por encima y en el fondo del mar, sin resultado. Confieso que
dejé de disfrutar el momento intentando hallarla. Seguía pensando en ella
confiando que el señor océano se apiadaría de mí y me la devolvería en la
orilla…
De
pronto me vi rodeada de unas delgadísimas hebras azules y en un instante sentí un gran ardor que me obligó a salir del agua. La
sensación de quemazón se iba extendiendo y sentía que ardía cada vez más!
_ Son “quemadores”-
me dijo el guardavidas con cara de
preocupación. Tienen una toxina muy potente por lo que sentirá bastante
molestia durante largo rato. El hielo inhibirá el efecto y la calmará. No coma
mariscos ni tome bebidas alcohólicas durante el día de hoy (ese era uno de mis
principales objetivos en el viaje!!!).
Creí
que era una broma pero no. Terminé acostada boca abajo en un reposera con una gran
toalla llena de hielo sobre mi espalda durante media hora.
No
quiero pecar de conformista, pero creo que la Naturaleza me quiso decir algo y
me dio una lección:
No debo preocuparme por cosas intrascendentes
No debo preocuparme por cosas intrascendentes
Como primera
advertencia, se llevó a Lolita y ante mi
insistencia por recuperarla me mandó a los quemadores para convencerme de que “eso”
no es lo más importante.
Lo verdaderamente
importante es que estoy viva, por lo tanto puedo y debo disfrutar la vida sin
estar preocupada por lo que me falta, sino agradecida por lo que tengo.
quemadores o agua mala