Desde sus inicios, MAMA MIA tomó la bandera de la esperanza, la unión y la
alegría para hacerle frente al cáncer. Pensábamos llegar a un grupo de mujeres,
si bien no reducido, jamás creímos la repercusión que tendría nuestra página,
sobre todo porque no tenemos ni queremos tener una estructura organizacional,
lo que nos obligaría a destinar tiempo del que dedicamos al “mano a mano”, a la
conversación, telefónica, presencial o virtual, al amor que le ponemos.
Siempre
decimos que no manejamos dinero, total, lo que damos no nos cuesta, y lo que
recibimos tampoco, porque el amor no tiene precio.
La vida nos
dio un golpe bajo en su momento, pero eso mismo nos permitió verla de
otra manera, ver la gente de otra manera, lo que favoreció entonces la creación de
este grupo de amigas que estamos unidas por muchas más cosas que el cáncer.
Nos
reunimos, nos reímos – también lloramos algunas veces- y nos movilizamos para
contener a otras. Hacemos juegos de palabras, nos maquillamos, nos prestamos
pelucas y sobre todo, nos potenciamos en la fuerza, porque de esas piedras que
la vida puso en nuestros caminos estamos haciendo una fortaleza, en cuya puerta
flamea, oronda y orgullosa, esa bandera de la esperanza.
En
setiembre de 2012, convocamos a caminar por la vida, y no pudimos creer la cantidad
de gente que se nos unió, en Montevideo y en otros lugares del mundo. Con gran
alegría, entendimos que hay un algo especial en esto tan simple.
Así, de
historias nuestras y de otras amigas surgió el libro “Querida Mama Mía”, y
volvimos a sorprendernos.
Mis amigos
del Grupo HOLEM, de Juan Lacaze -que increíblemente también conocieron a Eli en
su juventud, mientras que nosotras no nos habíamos cruzado- me sugirieron poner
música a los versos que muchas veces me van directo del corazón a la mano, y me
emocionaron una y otra vez con una melodía llena de amor a la vida, con “Querida”,
un tema musical que es un canto de admiración y de esperanza.
“Querida”
será la canción que entonemos cada año en las caminatas POR LA VIDA, en simultáneo con el mundo.
Invitamos a
quienes quieran acompañarnos, en cualquier lugar del mundo, a caminar, con una
prenda o un detalle de color rosado, y cantando, porque la música es alegría, la
alegría da más vida, y la vida, aunque a veces duela, es hermosa.
Patricia.