A los cinco meses de nacida su hija, cuando el cuerpo empezó a recuperar su forma, notó un bulto y fue al médico para controlarse, en esa misma consulta le diagnosticaron cáncer.
Debía operarse y comenzar un tratamiento de quimioterapia.
La sonrisa que solía tener siempre en su rostro se había desdibujado por el temor y la incertidumbre.
El apoyo incondicional lo encontró en su familia y amigos, y muy especialmente en sus retoños, sus hijas.
Encaró el tratamiento con optimismo. Disfrutó de los días soleados, al aire libre luciendo pañuelos y turbantes que sustituían la ausencia de su querido y muy preciado cabello.
A sus niñas no les importaba la falta de pelo ni el uso de los pañuelos de su mamá. Lo importante era que mami estaba siempre a su lado, con una sonrisa y muchísimo amor para darles.
Pasaron los largos meses de lucha, seguramente con momentos difíciles, pero siempre con fe y esperanza.
Poco a poco, comenzó a sentir crecer una peluza que tímidamente cubría su cuero cabelludo. Día a día fue tomando más fuerza y, como en la primavera renacen las flores para poblar los jardines por doquier, así su pelo regresó con nuevas energías, con ganas de volver a ocupar su lugar.
No sólo el pelo creció nuevamente. La sonrisa volvió a su rostro, pintó la vida de alegría y salió a festejar.
Dos años y medio después, junto a sus dos soles que nunca dejaron de acompañarla, esta MAMÁ, está feliz de haber vencido con valentía, amor a la vida y mucha fuerza, a ese cáncer que no pudo con ella ni con muchas de nosotras.
Todo mal pasa...
El sol siempre vuelve a brillar...
6 comentarios:
QUE DIVINO MENSAJE!!!!
ANA TU TESTIMONIO FOTOGRAFICO GENERA UNA ENERGIA Y PROVEE DE ESPERANZA A TODAS NOSOTRAS, LAS QUE VENIMOS DETRAS.
Un ejemplo de lucha, Ana Inés, y sobre todo, un ejemplo de vida y de amor.
Especial para este espacio, en el que se busca llevar luz cuando todo se presenta oscuro.
Un beso, Pat.
Ani es mi hermana,Dios nos dió a toda nuestra familia la bendición de estar con ella en esos momentos,que si bien fueron muy duros,nos hicieron crecer y valorar la vida,como nunca...quiero decir que mi hermana,fué una luchadora admirble,que nunca bajó los brazos,que nunca se quejó de nada,que nunca,se dejó quebrantar por el dolor mas grande:el tener que estar separada de sus hijas y no saber que pasaba por sus cabecitas...se bancó ese dolor como una grande,como una campeona y le puso toda la garra que una madre puede poner.....te amo hermana,te admiro y siempre,cada día de mi vida,le daré gracias a Dios por verte tan bien y sana como estás hoy,y siempre voy a estar ORGULLOSA de vos con MAYUSCULA!!!!!
Un saludo grandísimo a esa gran mujer, como todas las que se enfrentan a esa enfermedad tan cruel. Me alegro muchísimo que haya sido esa la resolución.
¡Fuerza, Ana! Y te felicito por tus hijas hermosas.
Que fuerte historia!!, va un gran abrazo para una mujer valiente :)
Saludos!!
ANA INES
UN ABRAZO ISABEL TE VEO Y ME ACUERDO DE PRAI DA ROSA
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