Cicatrices en el cuerpo y en el alma
han surcado diferentes rumbos
en un camino pródigo en valores
y en sueños promisorios de futuro.
Un camino que anduve acompañada
de la mano de sabios y de guías;
y trayectos que hube de hacer sola
cargando con el peso de mis días.
Un camino que hacia donde sea
que me lleve, andaré con un tesoro;
el que he ido acumulando poco a poco;
un tesoro que es ligero, siendo de oro:
son los afectos que conseguí en la vida,
es el respeto natural y generoso,
es el consuelo de la palabra amiga;
es el amor, que al pasar por mi vereda
abrió las puertas y cerró salidas.
Es la mano que llevó el escalpelo
y cuidadosamente me cerró la herida;
es el abrazo de corazones grandes
que pusieron puntal a mis caídas.
Es la palabra que leo, y es la mía
-tan cambiante y tímida-
-tan cambiante y tímida-
la que asoma cada tanto en mis cuadernos,
la que quiere impregnar huella sencilla.
Mis ojos se deleitan con el cielo,
mi oído, con el eco de tu risa;
mis manos, cuando rozo los recuerdos,
mi alma -en otra dimensión- con tus caricias.
Soy la hoja que no marchitó el otoño;
soy la mujer que a veces sigue siendo niña.
Soy la voz de un espíritu que observa
la secuencia y los milagros de la vida.
Soy la que anda con los pies descalzos
-y sigue andando- sin que piedras ni espinas
logren que sean más pesados los pesos
y cercenen la lección de las heridas.
SENRYU:
en la rama reseca
se siente viva.
3 comentarios:
Qué lindo Pat!Sin duda sos esa hoja verde!Beso.
GRACIAS, así en grande. Hermoso y lleno de vida
Gracias... un lugar donde me entienden, no es facil, se puede salir, pero necesitamos lugares cómo éste para saber que hay muchas personas que saben y sienten lo que sentimos nosotras. Gracias nuevamente, saludos
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