Su pelo más corto, sus cejas escasas y su piel oscurecida por el tratamiento habían hecho que no volviera a mirarse al espejo. Por suerte se había animado a llamarme para conversar.
Un clavo en la pared vacía de su dormitorio matrimonial mostraba que “El Espejo” había sido escondido. Me lo trajo tímidamente y lo colgué. Era grande, hermoso, importante. Nos sentamos frente a él. Apoyé mis manos sobre sus hombros con cariño y ambas lo miramos. Éramos parecidas a pesar de los años que nos separaban. Sus maravillosos ojos miel seguían siendo los mismos. No había perdido esa expresión tan dulce que la destacaba. Era la misma Mujer. Saqué de mi bolso varios pañuelos con colores fuertes y muy alegres. También tenía un par de sombreros muy coquetos y originales. Abrí mi maletín de Maquillaje. Escogí una base adecuada que ocultó las manchitas que tenía en su rostro, con la sombra perfilamos sus cejas que volvieron a darle un marco importante a su mirada. Para sus labios eligió un brillo color ciruela que le quedó super bien. Le di color con un rubor rosado. Algo muy suave y natural la hizo sentirse diferente, más segura… Volví a ver su sonrisa.
Hoy, después de un año, seguimos mirándonos en el espejo de su dormitorio que luego de aquella tarde nunca más volvió a descolgar.
María Curiel
Gracias María por permitirnos compartir este precioso texto tuyo!!!
1 comentario:
La mujer a quien le extirparon un seno, luego ve que su cabello se cae con la quimio, quizás adelgazó demasiado. Realmente es una situación deprimente para ella y la familia, el esposo o el novio, todos, son importantes para que ella se sienta mejor. Uno no se enamora del seno de la mujer sino de ella.
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