Transitar el camino de la enfermedad en soledad es duro.
Contar con el amor , cuidado y apoyo de la familia y de los amigos, es sin duda algo invalorable.
Pero hoy quiero resaltar a esa persona que es el compañero de vida.
Cuando tenemos la dicha de tenerlo y sentimos que nos comprende, nos acompaña y apoya realmente "en las buenas y en las malas", nuestras fuerzas recrudecen y somos capaces de enfrentar la adversidad con valentía, porque él está a nuestro lado.
Sus brazos son nuestro sostén,
su voz es nuestro remanso,
su sonrisa es nuestra alegría,
sus caricias son nuestro bálsamo.
¡Gracias mi amor por estar a mi lado!
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